1) Mantén la piel de las asas hidratadas: sólo tienes que limpiarlas con un trapo y pasarles un poco de betún incoloro.
2) Pon tu bolso al sol. Los bolsos de sisal son típicos de Kenia porque es allí en donde crece la planta Agave Sisalana, a partir de la cual se crea la fibra con la que se elaboran los bolsos. Esto significa que son artículos elaborados por y para el calor. Adoran las altas temperaturas y, al contrario que ocurre con otros materiales como el plástico o el poliéster, tenerlos al sol los vuelve un poco más "blanditos". Por eso, no tengas miedo de llevarlos a la playa, a un picnic o a una puesta de sol. Estos bolsos necesitan aire, sol y buen tiempo para mantenerse preciosos.
3) Controla la humedad. La humedad es la gran enemiga de este material, así que si tu bolso se mancha de algún líquido o le cae agua, el mejor consejo es que lo dejes secar completamente.
4) Nada de químicos. Para limpiar el sisal intensamente pasa un trapo húmedo con jabón neutro y luego déjalo secar.
5) Y nuestro último consejo, si le ha caído alguna sustancia con un olor desagradable, espolvorea bicarbonato por el bolso y deja que actúe durante 15 minutos y después aspira. El bicarbonato es un desodorizante natural que te ayudará a eliminar los malos olores.